Por Rob Arteaga ( * )
La honestidad es un valor importante que en nuestra cultura. Pero estudios muestran que entre más sofisticada sea una especie, es más propensa a mentir. ¿Pero por qué? Bueno, la teoría es que somos engañosos para cumplir ciertos objetivos. Desde nuestros primeros meses de nacidos aprendemos a llorar y pausamos cuando un adulto entra al cuarto, como para evaluar si nos van a atender. Un gorila famoso que se comunicaba con señas, una vez le echó la culpa a su gatito de arrancar un lavabo de la pared. La realidad es que si somos humanos, hemos mentido de una manera u otra. ¿Pero por qué le mentimos nuestra pareja, que se supone que es la persona con la cual debemos ser más honestos?
Bueno, hay que mencionar que sí están marcadas ciertas diferencias entre hombres y mujeres con respecto a las mentiras. Nosotros los hombres somos más propensos a mentir. Entonces al principio de una relación puede ser que mentimos sobre nuestro trabajo, sobre cuánto ganamos o sobre nuestro estatus social. El motivo principal al principio de la relación es querer atraer una persona, aunque nunca recomiendo mentir para atraer a una mujer. Ya establecida la relación el hombre miente para mantener cierta imagen o para evadir problemas en la relación.
La mujer en cambio tiende a mentir para proteger a otra persona. Entonces si sabe que su cónyuge es enojón, le miente sobre si los hijos cumplieron con cierta tarea con tal de que no regañe a los pequeños. O tal vez algún hombre se le insinuó durante el día y conociendo que su hombre es celoso no se lo dice porque sabe la reacción que va a tener.
Lo que sucede es que entre más duramos con la misma relación, nuestra verdad afecta más a la otra persona. Se desarrolla una interdependencia donde si uno toma una decisión eso puede causar conflicto o me prevenga de que cumpla mis metas. Entonces si mi mujer hace planes de salir a cenar con otra pareja el fin de semana, pues tal vez eso me limita a no poder ir a ver un partido con mis amigos.
Hablar con la verdad ayuda a la pareja desarrollar una conexión amorosa más profunda entre los dos. Una clave importante para poder comunicarse mejor es que aprendamos a escuchar a la persona aunque no nos guste lo que están compartiendo. Lo que suele suceder es que nos exaltamos y queremos tener la razón cuando el enfoque debe ser entender mejor el punto de vista de nuestra pareja. Pero esto no funciona si solo una de las dos personas pone de su parte. Cuando ambos se saben escuchar y entender es cuando se puede hablar con la verdad y se hace algo al respecto.
Un estudio dice que el 60% de los argumentos entre un matrimonio no se llegan a resolver. Si esto es cierto es mejor poner nuestro enfoque en entender a nuestra media naranja para que nos escuche después que nosotros cedemos a complacerlo.
(*) Psicoterapeuta en Houston @Rob_Arteaga