Por Rob Arteaga ( * )
La soledad no es algo fácil de superar después de una relación importante. El vacío hasta se puede sentir físicamente en el pecho cuando ya no tenemos a esa persona que fue especial a nuestro lado. A pesar de lo difícil que pudo a haber sido el estar en una relación conflictiva, es normal sentir el peso de estar solo. A veces familiares y amigos nos recomiendan empezar a salir para conocer nuevas personas. ¿Pero cómo sabemos cuándo realmente estamos listos para entrar a una nueva relación?
Para empezar asegúrese que haya cerrado el capítulo de su vida con esa ex pareja. ¿A qué me refiero con eso? Lo que quiero decir es que muchas veces decimos que ya terminamos con esa persona pero aún seguimos manteniendo contacto con ella, o estamos viendo sus redes sociales a ver que andan haciendo. Esa comezón que nos sigue dando curiosidad por lo que hace nuestro ex nos impide a realmente estar abierto a recibir lo positivo que otra persona podría traer. Claro que entre más tiempo duró ese amor, más tiempo se puede tardar en superarlo. Y tal vez los sentimientos nos martirizan inconscientemente. Aunque usted se sienta impotente ante las emociones, recuerde que sí está en control sobre sus pensamientos. Dígase mentalmente y a voz alta que usted tomo esa decisión para mejorar su vida.
Cuando tomamos una decisión sobre una situación compleja, es como tomar el poder para remediar el problema en lugar de convertirnos en la víctima de la circunstancia. Es importante mencionar también que los estudios muestran que la gente que reporta ser más feliz se concentra en los aspectos que están bajo su control en un problema difícil opuesto a quedarse estancados en factores externos que están fuera de su alcance.
Tiempo de reajustes
Regálese tiempo para ajustarse a estar solo. Después de estar con una pareja importante, es normal que queramos llenar ese espacio con alguien más por la costumbre. Nuestro cerebro desarrolla lazos emocionales que ya no se alimentan cuando esa persona está ausente. El peligro está en querer reemplazar ese vacío con una nueva pareja sin hacer el trabajo de fondo, que es aprender a llenarnos individualmente y estar satisfechos al estar solos. De esa manera cuando llega esa próxima persona nos motiva el querer compartir esa energía positiva que hemos cultivado. Sin tomar este paso lo que sucede es que entramos en una relación con la expectativa que esa persona nos va a ser feliz. ¡No, no ,no! Nosotros tenemos la responsabilidad de crear nuestra propia felicidad y así nuestro próximo compañero es un complemento en nuestra vida y no la base de nuestra salud emocional.
Tenga a su alrededor un círculo social positivo. Estos momentos son de lo más difíciles de sobrepasar y cuando nos mantenemos aislados, no ayuda la situación. Tal vez no quiera que le estén a haciendo preguntas, recuerde que la decisión es de usted en cuanto decide revelar sobre lo que pasó. Pero sí es un factor importante que merece su atención. Es más, el poder contar nuestra historia sirve de terapia porque al contarla se deslizan esos sentimientos negativos con esos recuerdos y es más fácil sobrepasarlos y seguir adelante. Hay que encontrar un balance, tampoco vamos a contárselo a cualquier persona que se nos ponga en frente. Por eso es el énfasis en rodearnos con un círculo social positivo, que incluye gente con la que podamos confiarle nuestras penas más profundas.
Por más exacto que quiero ser en darles estos consejos, la verdad es que se trata de un proceso muy personal y depende mucho de la forma de ser de cada uno. Solo usted va a saber cuándo esté listo para conocer a una nueva persona. Tómelo paso a paso y día tras día para evaluar cómo se siente. La esperanza es lo último que se pierde en estas situaciones difíciles. Es posible que después de dar ciertos pasos, de repente vuelva a sentirse deprimido, dése el permiso para esas “caídas” y piense siempre que tomó la decisión para mejorar, que lo va a poder superar y podrá volver a amar.
(*) Psicoterapeuta en Houston